Basándonos en la cultura más tradicional de los furanchos de aldea, tomamos el concepto como naming; el cual nos ayudó a conseguir un branding coherente con la marca claramente inspirado en la señalización de estos rústicos bajos, con una identidad corporativa en la que la tipografía utilizada, obra del diseñador Marcos Dopico, refuerza su carácter gallego. Además, recreamos la atmósfera de tradición y vínculo con nuestro lado más gallego en el local, colaborando directamente con el diseñador Juan Ares de Espacio Invisible, quien plasmó a la perfección la personalidad de la marca en cada rincón y detalle.